¿Cuándo fue la última vez que intencionalmente nos detuvimos a pensar: «¿Qué significa para mí realmente el Nuevo Pacto de Jesús?»

Por favor, no malinterpretes lo que estoy a punto de compartir, pero creo que cuando no recordamos intencionalmente el Nuevo Pacto, disminuimos su poder, valor y significado en nuestras vidas.

¿Por qué este Pacto? ¿Qué tipo de poder y valor contiene este Nuevo Pacto en la Sangre de Jesús?

De eso se trata la VozProfética de hoy. Así que vamos a analizarlo.

Es el tiempo de la Pascua, y Jesús, el Cordero Pascual de DIOS, entra en el aposento alto. Toma Su lugar a la mesa, sentándose con los más cercanos a Él, Sus discípulos. Previo a los acontecimientos que están por desencadenarse, Jesús deseaba compartir la cena Pascual con sus apóstoles ya que no podría volver a comerla con ellos hasta su cumplimiento en el Reino de DIOS. Esta cena histórica y simbólica ilustraría las cosas que debían suceder y los sufrimientos que Él estaba a punto de soportar por nosotros. Esta es la razón por la cual, sin que los apóstoles lo supieran, esta cena Pascual, aunque familiar, sería diferente a la de tiempos pasados.

Para apreciar por qué esto estaba ocurriendo durante la Pascua, primero debemos entender el significado de esta fiesta judía. Es una celebración anual que conmemora el día en que DIOS, a través de Su siervo Moisés, liberó a la nación de Israel de la esclavitud; de la tierra de Egipto y su tiránico Faraón. DIOS instruyó a los israelitas a sacrificar un cordero, mojar el hisopo en la sangre del cordero y cubrir los dos postes de la puerta y el dintel de la casa con esa sangre. Esto sería una señal para que el ángel de la muerte «pasara por alto» su hogar, perdonando la vida del primogénito de esa casa.

Sus discípulos, siendo judíos, estaban familiarizados con la Pascua y el antiguo pacto establecido a través de Moisés y los Diez Mandamientos. Sin embargo, me pregunto si se detuvieron y pensaron: «¿De qué está hablando Jesús? ¿Se está preparando para blasfemar e introducir un sistema de creencias diferente al que conocemos a través de Moisés?» No obstante, ninguno de ellos dijo una palabra. En cambio, observaron y escucharon las palabras del Rabino Jesús.

En el Nuevo Testamento, el Cristo de la Biblia es el Cordero Pascual de DIOS que fue inmolado para quitar los pecados del mundo. Él dio Su vida por la nuestra, derramó Su Sangre para lavarnos del pecado, nos libró de la muerte y nos reconcilió con DIOS. Cuando aceptamos a Jesús y Su obra en la Cruz, nosotros, el Templo de Su Espíritu Santo, somos cubiertos con la Sangre expiatoria de Jesús, el Cordero. A través de este acto brutal pero lleno de amor en la cruz, Él nos lavó de nuestro pecado, librándonos de la destrucción y la muerte, dándonos vida eterna. ¡Este es el Nuevo Pacto en Su Sangre!

Veamos lo que Jesús estaba ilustrándole a los apóstoles antiguos y a sus discípulos de hoy en día:

1. 1. 1. El vino en la copa simbolizaba Su Sangre
      2. El derramamiento de la copa significó Su Sangre siendo derramada
      3. Este acto resultó en un Nuevo Pacto escrito en Su Sangre
      4. El pan partido era un símbolo de Su cuerpo dado por ellos y por nosotros
      5. El pan mojado en el vino simbolizaba Su cuerpo manchado con Su Sangre
         • Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor, el acto de mojar el pan en el vino simboliza nuestros cuerpos manchados con Su Sangre, quitando la mancha del pecado de nuestras vidas
      6. Su Sangre representa el cumplimiento del antiguo pacto con un nuevo y más excelente Pacto
         • Este Nuevo Pacto es permanente, eterno, e inmutable
      7. Aceptarlo y recordar Su obra en la Cruz nos recordaría:
         • Lo que Él hizo
         • El don de la salvación
         • La promesa de DIOS de perdonar nuestros pecados
         • Que somos libres
         • Que somos suyos
         • Que somos poderosos
         • Quienes somos
         • Que Jesús nos hizo justos
         • Nuestro Padre celestial nos ve limpios por la Sangre de Jesús
      8. La comunión es un recuerdo constante de este Pacto

Al Servicio del SEÑOR,